16.1.08

encuentros cercanos de todos los tipos

hoy, mucha gente loca en el metro:

frente a mi, un gordo de pelo blanco y mirada penetrante que no me sacaba los ojos de encima a pesar de que yo miraba para otro lado; cuando lo volvía a mirar me seguía mirando sin piedad y sin pausas, como esperando algo (que no obtuvo, claro está). así me tuvo un rato, hasta se sacaba las gafas y las limpiaba para mirar mejor (o intimidarme más).
a tres metros a su derecha, conversaba con otros dos una chica que cada vez que una palabra de sus mismas frases le sonaba a una canción, cantaba esa parte de la canción a los gritos. resta advertir que me parece le habían robado algunos caramelos del tarro.
a dos metros a la izquierda del gordo mirón iba parado de espaldas a nosotros un tipo que se iba quejando de españa y de la gente a la que le gusta españa y que cuando la voz metálica de los parlantes anunciaba la parada que venía, él la repetía en voz bastante alta: "próxima estación: cuatro caminos; correspondencia con... líneas dos y seis. ahora dilo en inglés, no? ya que somos tan internacionales... me cago en dios". me atreví a bajarme del vagón por la puerta de al lado suyo para verle la cara y no parecía perturbado.
de vuelta a casa en el andén de la línea 2 me encontré con algo que me hizo pensar que bishop tal vez no está muerto y juro por snoopy que pasé miedo. le faltaba una mano, tenía la piel pálida, cerea y llena de moretones y el pelo cortado con el mismo desgano con el que le habían cosido todos los cortes que tenía en la cara y en las partes del cuerpo que se llegaban a ver. la cabeza también cortada, la ropa hecha harapos, caminaba tambaleándose y tanto yo como las otras 11 personas que esperábamos el metro no conseguíamos sacarle los ojos de encima, porque en cualquier momento podía perder la estabilidad y caer a las vías, de donde parecía venir. no repetí la osadía que tuve con el anti españolista y me subí en otro vagón.
en ese vagón, compartí viaje con un hombre de campera roja y aspecto decente que se reía, solo. se tapaba la boca, se mordía el labio inferior y movía la cabeza hacia los lados como riéndose de sí mismo, como enamorado, y en un par de ocasiones hasta escuché carcajadas.

de todos los locos de hoy, el que más me gustó fue este hombre que viajaba solo, en el mismo vagón que la chica de los caramelos, el de la mirada penetrante y el loco de la guerra española. es el único al que me atreví a filmar porque supe que no se enteraría, a pesar de los breves 45 cm. que nos separaban.






3 comentarios:

La Menor Morreadora dijo...

qué bueno... ¿y si él es el normal, y somos todos unos locos?

Unknown dijo...

Bienvenida, entonces. no te habré cambiado la vida, pero por lo menos no soy un muerto. =). Pasá cuando quieras.

Un día filme a una chica en el metro de Barcelona (digo "un día" pero fue la semana pasada en realidad). La filmé porque me gustó la sonrisa. Y se dio cuenta aunque disimulé, y cuando se dio cuenta sonrió más grande. Después quise borrar un sms y borré el video.

Sí, un boludo...

Saludos.

Lucas.

Unknown dijo...

¿o sea que sos de la patagonia, viviste en córdoba y estás en españa?.

¿o entendí mal?

estoy lento hoy...

L.