28.11.07

crónica de unas tetas operadas (part one)



hoy, por primera vez en mi breve historia, me pasó algo que tarde o temprano iba a suceder pero que aún así no esperaba.
subía en el ascensor y el prójimo del sexo opuesto que ocupaba la otra mitad de la cabina me miraba las tetas.
mientras conversábamos nimiedades se le desviaba la mirada, una mirada a los ojos y otra a las tetas, a ese ritmo hasta que llegamos al sexto. tan desconcertado venía que se olvidó de apretar su piso y subió conmigo. y eso que yo iba muy muy recatada. remera rosa más bien sueltita con un dibujo ridículo en el pecho, y el vecino del quinto me miraba las tetas.
es la primera vez en mi vida en la que, llevando una prenda 0 escandalosa, un hombre me mira las tetas. si, ya lo repetí un montón de veces, pero esto no tiene precedentes.
un amigo me dijo que aprovechara a mostrar las piernas o lo que quisiera mostrar porque después todas las miradas desembocarían inevitablemente en el escote y hoy (por lo menos hoy) fue así.
me siento una vedette, no se cuanto tiempo más pueda soportarlo.

4 comentarios:

Nardo dijo...

y eso, es bueno? es malo? que onda?
avisa asi si alguna vez te veo, no te miro las tetas.
un abrazo

nt dijo...

ni malo ni bueno... nuevo !!!!

Anónimo dijo...

Yo hago las mismas cosas que tu vecino y nunca me acuerdo el color de las remeras. A mi me miran la nariz, o la pelada. Clavado que te encuentro en el ascensor y te miro las tetas. Si te enoja por ahí lo evito... un ratín.

Kantico dijo...

Que buena onda jajaja.